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La alimentación del mar, clave para el futuro de la humanidad
Tres expertos exaltan los beneficios de la dieta de origen marino para la salud humana, y ponen a debate los problemas y las soluciones para satisfacer un necesario incremento de la demanda mundial.
El Omega 3, ácido graso esencial que nos obsequia la mayoría de los alimentos precedentes del mar, se estudia profundamente desde los años 70, y se conocen cada vez más sus beneficios cardiovasculares, y para la prevención de enfermedades como diabetes, cáncer, artritis, Alzheimer y demencia senil, e incluso la depresión. Por todo ello, el biólogo marino Carlos Duarte advierte que “toda persona debería consumir cuatro comidas basadas en alimentos de origen marino a la semana, esto es, 400 gramos por persona, lo que multiplicado por toda la población mundial supone 150 millones de toneladas. La producción necesaria para satisfacer esa demanda excede muy notablemente a la actual”.
Carlos Duarte es uno de los oceanógrafos españoles de mayor proyección internacional, que actualmente se encuentra inmerso en el estudio de las acciones necesarias para que la vida marina del planeta recupere su abundancia en 2050, y pueda ser una verdadera fuente de alimentación global. Para ello cree en la acuicultura, industria que requiere aún de numerosas mejoras, ya que “carece de sentido que se pesquen 25 millones de unidades en stocks salvajes para alimentar a 5 millones de peces. Debemos alcanzar una acuicultura sostenible con la producción de algas y otros alimentos de nuestros salmones o doradas; con ello devolveríamos al océano los 20 millones de toneladas de pescado que antes alimentaban a países en desarrollo y que ahora solo alimentan nuestros peces de granja”.
Los límites de la pesca sostenible
La escasez actual del mar preocupa también a Daniel Pauly, reconocido por su trabajo en el estudio del impacto humano en la pesca mundial. Investigador principal de la iniciativa Sea Around Us en la Universidad de Columbia Británica (Vancouver, Canadá), afirma con rotundidad que “no hay recursos en el mar suficientes para alimentar a todos los habitantes del planeta, lo que genera desigualdades en su reparto, y son los países ricos los que consumen mayor cantidad”, y sitúa la causa en el precio al alza de los productos marinos. Pauly considera que “si queremos aumentar el consumo de pescado, es necesario reducir el exceso de pesca, y conseguir así que aumente la cantidad de peces en el agua”, porque según el experto, “la cantidad actual no permite una pesca sostenible”.
Con un enfoque más positivo, el presidente de la Coalición Internacional de Armadores de Pesca y presidente del Clúster Marítimo Español Javier Garat matizaba algunas exposiciones como la del precio, explicando que “en España consumimos más de 500 especies de pescados, y los hay para todos los bolsillos. Además según la FAO, el 77% de las capturas desembarcadas en el mundo proceden de stocks gestionados de forma sostenible”. Y aunque reconoce que hay que aspirar a la totalidad, para lo que es necesaria “la comunión de los científicos, los políticos, las ONGs medioambientales, el sector pesquero y la sociedad civil”, opina que los mensajes catastróficos solo consiguen desanimar al sector, “ya que aquellos que hacen las cosas bien no ven recompensado su trabajo. Hay muchas historias de éxito que deben ser contadas”.
Con ellos el director general de Vocento Gastronomía Benjamín Lana, quien reclamaba también una concienciación social para evitar que aumente “la pérdida de memoria colectiva sobre los beneficios del pescado y las maneras óptimas de consumirlo. El ‘acecho del filete’ está provocando que las nuevas generaciones solo quieran comer comida rápida y con forma cuadrada que puedan filetear, pagando más dinero por elaboraciones artificiales cuya fabricación también contribuye a la sobreexplotación del mar”.