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Alimentos azules acuáticos: una gran historia y mucho futuro
Árni M. Mathiesen habla sobre la importancia de estos alimentos desde el punto de vista de la salud, pero también de la sostenibilidad.
Es asesor en IcelandOceanCluster y desde esa perspectiva, ha podido proponer algunas recomendaciones políticas basadas en la experiencia de la Coalición Aquatic Blue Food y otros trabajos relacionados. Y es que Árni M. Mathiesen ha llegado al Auditorio de Adeje para exponer su visión de los alimentos azules acuáticos, que “tienen una gran historia que contar, pero también un gran futuro”.
Entre otras dudas que se ha lanzado a sí mismo, pero también a los asistentes, es si el sistema de alimentación del planeta de hoy en día es sostenible. Su respuesta es un no, aunque reconoce que “con optimismo, esa respuesta podría ser que, probablemente, sí podría ser sostenible”. Para ello, eso sí, hay que cambiar las bases de ese sistema y es algo que no resulta nada sencillo porque, por ejemplo, hay un aspecto social muy importante y que todo lo distorsiona y no es otro que la distribución geográfica de la humanidad.
Mathiesen ha puesto en valor que “el mar nos da proteína de una gran calidad, con aminoácidos esenciales”.También ha analizado cuáles son, desde sus parámetros, las dietas saludables y se ha preguntado qué necesitamos las personas y qué nos puede dar el medioambiente sin que crucemos los límites, pudiendo seguirsiendo sostenibles. Muchas veces, su mirada va al mar y, por ello, ha analizado cómo un pez diminuto “tiene todos los nutrientes y vitaminas que necesitamos para un día”.
La huella ambiental
El experto también ha señalado que el sistema alimentario actual genera un cuarto de las emisiones de gases de efecto invernadero, pero que en el caso del sistema alimentario azul acuático,la huella ambiental es mucho más ligera. “Aún hay muchos avances por hacer, pero es innegable que el sistema alimentario azul acuático funciona mucho mejor que el terrestre y podría hacerlo aún mejor”.
Echando un ojo a la pirámide alimenticia acuática, Mathiesen cree que es imprescindible que nos movamos en la base y no nos quedemos en la zona más cercana al vértice. Así, ha reconocido también que una de sus grandes preocupaciones es que “necesitemos más peces de los quelos océanos puedan darnos; me aterra pensar que nos podemos quedar sin ellos. Así que tenemos que equilibrar la base y encontrar alternativas a las fuentes” para lograr que nuestra pirámide sea viable.
Y, para él, una de las maneras más sencillas de conseguir esta apuesta por los alimentos azules acuáticos es “a través delas comidas escolares, porque siempre será más sencillo incorporarlo a la dieta si se adquiere el gusto a una edad temprana. Es ahí donde podemos introducir el consumo del pescado”. Además, ha recordado la recomendación de incrementar la ingesta de pescado en la dieta mediterránea.
Por último, ha dejado una reflexión en clave optimista: “Las oportunidades de los océanos son infinitas”.