mag

Noticia

Conchas y ocre rojo, una conexión que sigue viva

Redacción

 

El catedrático Carlos Duarte explica cómo, desde hace 250.000 años, este binomio ha aparecido de manera constante en diferentes civilizaciones de distintos continentes.

‘Las conchas y el ocre rojo: un viaje de 250.000 años en la historia de la humanidad’. Ese era el título de la ponencia de Carlos Duarte, catedrático de investigación en la Universidad Rey Abdullah de Ciencia y Tecnología (KAUST), en Arabia Saudí. La charla ha llevado a los asistentes al Auditorio de Adeje a un viaje a través de un cuarto de millón de años para entender por qué nuestra salud está tan íntimamente ligada a la de los océanos.

El punto de partida es una pequeña obsesión de Duarte, quien ha reconocido cómo en sus diferentes investigaciones siempre aparecían las conchas y el ocre rojo, dos elementos que siempre se encontraban juntos y con cuya explicación llegó a obsesionarse.

«La historia se inicia en una costa rocosa, con oleaje, que en marea baja presenta campos de algas con sus moluscos. Un paisaje en el que he pasado mucho tiempo midiendo diferentes parámetros», ha comenzado relatando. Es en ese hábitat del campo de algas en el que aparece el humano moderno, «que se diferencia por la capacidad de pensamiento simbólico y la expresión artística del anterior».

Surge en la cueva de Blombos, cerca de Ciudad del Cabo, hace 160.000 años:«Allí se descubrieron los primeros vestigios de humanos modernos porque había muestras de expresiones artísticas, ocre rojo pulverizado en conchas y abalones. Con esa pasta roja, decoraban sus cuerpos, pero también ganaban temperatura», explicaba Duarte.

Y es que el ocre rojo es un óxido de hierro que ha sido apreciado por muchas culturas, algunas contemporáneas y otras desaparecidas, a lo largo de la historia (los ‘pieles rojas’ de las películas de indios y vaqueros o los aborígenes australianos, por ejemplo), pero lo curioso es que su mezcla con las conchas se ve en culturas de todo el mundo que no tuvieron contacto entre ellas. Era tan valorado que se sabe que había un transporte y comercio.

Una conexión viva

La conexión entre las conchas y el ocre rojo sigue viva, como lo ha estado a lo largo de la historia y, para ello, son muchos los ejemplos de los que se ha valido el experto durante su ponencia. En la obra ‘El nacimiento de Venus’, su protagonista, pelirroja, está pintada conun pigmento que es ocre rojo. Pero es que los lápices de labios y bases de maquillaje rojos están hechos hoy en día con hematita, que también es ocre rojo. También son muchos los casos que esos maquillajes se combinan con ornamentos derivados de conchas…«Una vez más, vemos que esa conexión está siempre, en todas las culturas», aseguraba Duarte.

Pero el papel de estas conchas y el ocre rojo tiene un papel fundamental en el desarrollo de la humanidad. El propio Duarte fue dando las claves. Y es que los moluscos tienen un fuerte componente de ácido graso Omega 3, fundamental para el desarrollo del cerebro y las actividades y capacidades cognitivas y hace un cuarto de millón de años se aceleró de manera enorme el tamaño del cerebro humano, que nos permite ser inteligentes. También se sabe que el cerebro contiene una gran cantidad de hierro asociado a ferritina y es el gran sumidero de energía y oxígeno del cuerpo humano:«Es como tener encendida una bombilla de 60 vatios continuamente». Nuestro cerebro tiene un núcleo de ocre rojo.

Fundamental en el desarrollo

El experto va más allá y cree que «es posible que el ocre rojo con moluscos pudiera ser ingerido y bien asimilado»,pero considera que«también son esenciales para la salud reproductiva. Esas mujeres artistas seguro que, al comer con sus manos manchadas de ocre rojo, tenían una ventaja evolutiva al tener una descendencia que podía heredar esa inclinación artística, fundamental en el desarrollo. Por ello, nuestra inteligencia es consecuencia de la inclinación artística de nuestras madres ancestrales».

De hecho, de acuerdo a sus explicaciones, «del parto, la mujer sale baja de Omega-3 y hierro porque han traspasado al feto el 80 % de ambos. Hoy, el éxito reproductivo sigue dependiendo del hierro y el Omega-3».

Por último, dejó otra interesante reflexión que puede servir también como base para el resto del Encuentro: «Los jóvenes no son más frágiles, es que han cambiado la dieta. Debemos volver a reconectar la salud humana con la del océano».

Magazine

Partners

Organizador

Vocento Gastronomía

Patrocinador principal

Cabildo Tenerife Tenerife

Hotel oficial

Villa Cortés

Proveedor Oficial

Aquanaria Makro

Patrocinadores

Fagor

Colaboradores

Arona Cervezas Victoria El Locero Le Noveau Chef